Respirando le voy haciendo espacio a eso, lo que últimamente me desborda.
El desorden, el caos, la ilusión, el miedo, la expectativa, la confusión, la emoción, las ganas de hacerme bolita, las de mostrarme, las ganas de ignorar a todo quien me hable y las de hacer nuevos amigos en cada calle.

“Me emociona crecer y llegar a los 30, 40…” le dije a alguna amiga algún día. “Creo que la vida se va poniendo mejor con cada año que pasa”. Y, sí, pero siento que esas mejorías vienen en proporción a la cantidad de desasosiego, inquietud y desorientación. Al menos a mí me parece así.